"El arquitecto obsoleto."

02.10.2025

"El arquitecto obsoleto"

Los arquitectos en el sentido clásico ya son precindibles.

Los actuales tienden a prompters, curadores de IA ,estrategas que dominan el lenguaje de las interfaces.

Todo lo demás es folclore académico, reliquia modernista o retórica romatica que disfraza el atraso con consignas morales.

La práctica y la enseñanza arquitectónica actuales son fósiles animados.

Escuelas repiten los rituales del siglo XX: el taller como liturgia, el "concepto" como mantra vacío, el croquis o maqueta como tótem.

Bienales que se venden como plataformas de innovación pero en realidad son espejos retrovisores de una disciplina incapaz de ver hacia adelante.

Exposiciones que celebran lo que ya caducó: la forma como fetiche, el discurso político como coartada, el pasado como única promesa de futuro.

Mientras tanto, la realidad y el mercado avanzan sin pedir permiso.

La IA ya diseña, documenta, coordina y controla.

El arquitecto que insista en creer que su valor está en una artesania retórica crítica de justicia social, será un historiador involuntario de un oficio en extinción. La agenda 2030, los manifiestos inclusivos, la estética de la sostenibilidad "responsable" "lo humano": todo eso es niebla, un ruido que desenfoca la verdadera urgencia.

Pero la resistencia a BIM ya los delató.

Si todavía duele coordinar un modelo, ¿qué quedará cuando la IA colonice toda la cadena del proyecto?

El trauma no es técnico, es conceptual: el arquitecto prefiere sostener su mito de demiurgo antes que aceptar que su rol se ha desplazado a la interfaz.

Y en esa negación, la disciplina pierde relevancia mientras los outsiders producen proyectos, simulaciones y hasta documentación más eficaces y seductores en minutos.

La academia forma soldados para guerras que ya no existen. Los entrena para competir en concursos que son ferias de necrofilia. Los prepara para estudios que replican procesos manuales o protodigitales como si nada hubiese cambiado.

Los celebra en revistas que glorifican formas que hace un siglo quizas eran novedosas. El resultado: generaciones de arquitectos anclados en un simulacro de disciplina, condenados a discutir lo obsoleto mientras el presente hackea el mercado.

El futuro del arquitecto no está en el objeto ni en el discurso, sino en la interfaz.

Su rol ya no será trazar, sino editar; ya no será componer, sino curar; ya no será explicar, sino conversar con la interfaz.

El arquitecto formado en el pasado ya esta relegado , como las cabinas telefónicas frente al smartphone, como los bancos frente a las fintech, como el correo postal ante el email.

La pregunta es "intima"pero brutal y definitiva:

Sigo ejerciendo como en 1990, refugiado en discursos que nadie escucha, o implemento BIM y dialogo con IA , que ya diseña mejor que yo?

La disciplina se redefine.

El arquitecto moderno murió.

Larga vida al prompter.


IUC  julio 2025